PRESENCIA DE UN GUERRERO EN LA ZAGA:
GUILLERMO MOTOCHE “EL GRILLO”
El “Ídolo de Oro” portovelense, Río Amarillo, dejó varios nombres finalizado el torneo. El “Grillo” Guillermo Motoche, el “Chino” como lo llamaron otros, fue uno de ellos. Sus actuaciones meritorias lo pusieron en el primer puesto de nuestro ranking.
La endeble defensa de “los mineros” estuvo sujeta casi siempre a la multiplicación para salvar los errores que prodigaba este back centro luchador, con “sangre de león”, que se sacrificaba exigiendo su físico al máximo para salvar las caídas de su marco.
“Líbero” que esperaba para hacer las postas al marcador que se quedaba trepado, al cuarto back que fallaba en las contenciones en el centro. Cabeza y piernas que fueron “milagrosas” para salvar las malas intervenciones del portero, sacando de la zona de candela con rechazos expeditivos pelotas comprometidas.
Tuvo fallas lógicas en un puesto tan exigente, donde una pequeña salida en falso trae como consecuencia los recursos desesperados. Pero cuántas veces lo vimos a Guillermo constituirse en el hombre de la defensa amarilla, dejando impotente los ataques rivales, cando despejaba la zona de peligro de cabeza, con toques hacia los volantes que esperaban de él la salida ordenada, con rechazos fuertes ante el peligro del atacante ambicioso, hasta con esas salidas adivinando la dirección de un pase contrario.
El análisis general de todos los partidos de Río Amarillo nos obligó a decir que el principal problema para lograr una mejor posición es este conjunto fue el sector defensivo, arquero, marcador, cuarto back; más nunca estaba todo perdido pues se sabía que un solo hombre respondía con la suficiente capacidad para solucionar algo que fue preocupación en sus dirigentes. No fue siempre la solución; si fue el mejor defensor de los amarillos.
Por ello nos quedamos con Guillermo Motoche entre todos los demás, justamente porque supo destacarse como valor individual, con recursos, con presencia de luchador incansable, en un sector donde uno no puede ser el que responde por cuatro, donde se debe jugar con entendimiento, organizado, donde se debe responder siempre para no cargarse las derrotas.
El defensa Motoche con una compañía más segura en ese sector pudo haber hecho mucho más de lo que mostró a lo largo del campeonato que apagó sus luces, pero que dejó un firmamento que alienta a los más pesimistas al mostrarnos jugadores que prometen para un futuro de glorias a un sector que surge esperanzado en un profesionalismo con el alma y la hombría del amateur que “suda la casaca”.
Aníbal González Comas
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