EXPERIENCIA, CREACIÓN Y MANEJO:
SERGIO “CHORIZO” MEDEL
El chileno llegó a Pasaje con la amargura de no tener su oportunidad en el Guayaquil Sport. Llegó ansioso por la revancha, por alcanzar su nivel que antes lo había hecho acreedor a la blanca casaca del Colo Colo de Chile. Allí se abrió paso en el profesionalismo.
Los ojos visores del dirigente carmelino supieron que en los pies y en la mente del chileno podrían confiar el sector del medio campo para las proyecciones ofensivas. Y no se equivocaron. Sergio logró recuperarse y fue el dueño del sector encomendado con una clara intención de fabricar jugadas para que sus compañeros de ataque las culminen en goles.
Fue el volante que baja a buscar la pelota allá abajo, permitiéndole al defensa que salga jugando con él en conexiones cortas, para luego arrancar con buen manejo, con velocidad para atravesar un sector que no acepta los estacionamientos vanos, imprimiendo piques que no van más allá de lo que es necesario, aplicando el dribling para sortear la marca, llevando la cabeza y la mirada puestas en las posibilidades de habilitar a quién esté en mejor posición.
Este es el dibujo, a grandes rasgos, de un jugador que se lleva al desenlace de un campeonato el galardón de ser uno de los mejores volantes, destacándose como jugador que ya conoce el oficio, que tiene calidad pulida en años de transitar distintas canchas, que sabe constituirse en “eje” vital, en la arteria principal, reconociendo por supuesto que en el equipo que jugó hubo compañeros que hacían de complemento, como la vigilancia estricta de sus espaldas por Ocampo, como la labor de acercamiento para los relevos de Merizalde, como las demarcaciones de Báez; todo fue propicio para que Medel pudiera desempeñarse en plenitud con todo lo que sabe para ganar en un sector neurálgico para cualquier equipo.
Solo pudimos notar en una oportunidad que cuando se le aplicó la marcación asfixiante no alcanzó a destaparse y no encontró al menos la manera de hacer que el marcaje del rival se vea comprometido con la pérdida de otro compañero, esto es, dejando la función de armado a un interior o al otro volante y pegándose con marcación al armador contrario.
Aníbal González Comas
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