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domingo, 10 de abril de 2011

PRIMERO FUE ESTUDIANTES; DESPUÉS RÍO AMARILLO:

EN ERRORES Y EN GOLES SALIERON EMPATADOS

Jugado el 21 de octubre de 1973
Marco Moreno de tiro libre decretó el 3 a 3 definitivo ante la incapacidad del arquero Cañarte,
de muy bajo desempeño en el arco estudiantil.

Alfredo Bazán, luego de dejar atrás a su marcador, llegará en veloz carrera a la línea de fondo
 para sacar un centro “a la olla”; jugó un buen partido el puntero estudiantil
Buen comienzo de Estudiantes, como de costumbre, con pelota sobre el piso, con juego vistoso y causando la misma primera impresión: Estudiantes ganaba y largo. Llegaron a situarse cómodamente en el marcador ya que estaban 3 a 1 a los 14’ de la segunda etapa, lo que hacía presumir que todo estaba definido; pero cuidado, con cualquier otro que no sea Río Amarillo, porque si se trataba de “las camisetas amarillas” se podía incurrir en equivocaciones, porque no era la primera ni sería la última vez que los portovelenses se encontraban en desventaja en el marcador y luego terminaban victoriosos…¿habrá sido eso lo que pesó en la mente de “os celestes”?, vaya uno a saber, lo cierto es que una victoria holgada hasta los 14’ del segundo tiempo, luego se estrechaba sobre los 28’ y finalmente se convertía en empate a tres goles por bando.
La importancia de correr los 90 minutos
Así podríamos explicar el empate de Río Amarillo que jugando mal llegó a empatar y a hacer peligrar la suerte de Estudiantes Octubrinos. En realidad no era sólo el estado físico de Río Amarillo, también había que anotarle su entrega por la camiseta, esa que venía defendiendo por algunos años con la misma fe de siempre, con esa mística ganadora que salía a relucir en los momentos más difíciles y que lo había elevado a la categoría de equipo popular. Allí nadie bajó los brazos y aún cuando no se tenía la misma línea de juego, todo eso se compensaba con capricho, con amor a la camiseta, con “garra”. ¿Qué el equipo había perdido toque y belleza?...si, era cierto, pero entonces lo supo suplir poniendo “pierna fuerte”, jugándosela que en una de esas podía llegar el gol a través de un pelotazo, o por una falla del contrario, que en definitiva si no se dio, quedó el consuelo de haber buscado el gol hasta el final.
El remate débil de Elías Cabezas iría lento a las manos de Sigüenza, cuando Motoche había fallado en la marca.
Estudiantes se equivocó
Estudiantes so supo “enfriar” el partido, cuando estaba en ventaja 3 por 1 regaló la media cancha al rival y pretendió replegarse para, a punta de pelotazos, alejar el peligro; y allí estuvo su error, porque Río Amarillo se le fue encima, lo “embotelló” y le empató el partido.
En Estudiantes no hubo estado físico para aguantar hasta el final, mientras que el rival tenía piernas para jugar unos 90 minutos extras.
Los Goles
A los 14’ del primer tiempo Estudiantes se puso en ventaja por intermedio de Omar Cullerton; la jugada fue así: un centro desde la derecha efectuado por Bazán, luego de que por dos veces el puntero se llevó la marca de Feijóo, la pelota un tanto hacia atrás, Cullerton que fue a buscarla con fe y clavó el cabezazo hacia abajo y fue gol, ¡un golazo!; la “palomita” del argentino fue precisa y potente, el balón pasó al arquero por debajo de su cuerpo.
A los 36’ el mismo Cullerton se encargaría de anotar el segundo, luego de un rechazo corto; su disparo  alto venció la resistencia del atribulado Marco Arias. No habían pasado 45 segundos cuando Ricardo Martínez descontaba para Río Amarillo; esta jugada fue creada por el volante Vicente Jara dentro del área, cuando la pelota iba a trasponer la línea de gol, Martínez la aseguró para poner el 2 a 1 transitorio, todavía favorable a Estudiantes.
A los 7’ del segundo tiempo Cullerton de penal puso el 3 a 1; reaccionó Río Amarillo y a los 14´Julio Berrueta, el “romperedes”, es el encargado de acercar a su equipo en la pizarra; su disparo desde la derecha, seco y alto, encontró el ángulo superior, ante la mirada e impotencia de Cañarte. Continuó presionando Río Amarillo y a los 29’ fue Marco Moreno, una de las mejores figuras de su equipo, el que con tiro rodado decretaba el 3 a 3 definitivo; fue un premio para el mejor jugador de la cancha.

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